miércoles, 18 de febrero de 2009

GRANDECITO(cuento)

¿Qué significa ser grande?, yo me acuerdo que mis viejos se ponían delante del espejo y hacía gárgaras contento y me quedó esa imagen como si fuera hoy. Eso, ser grandes es tner la imagen de lo que apreciamos. Mi viejo cantaba en algunos bares de Bs As y le pagaban por mes cien pesos, con eso comíamos polenta todo el día. Los fines de semana, nos llevaba a un café donde el cantaba y nos llenaban con medialunas de todas las formas y colores.
Mamá no tenía problemas hasta que se cansó y se fue con unas valija, un libro que me regaló de chico.Siempre se iba, hasta que se fue del todo.
El libro que se llevó era: como educar a su hijo.Seguramente tendría alguno escondido y nunca se lo supe porqué se lo llevó y porqué me regaló ese libro...
Mi papá compró un carrito y un loro y hacía un espectáculo con el loro, mientras cantaba, el animal lo interrumpía con la marcha peronista y él enojado le gritaba:-callate peroncha, dejame cantar-, y el público se reía.Y era ese momento en que pasaba la gorra. Mi gorra.
El me decía:-para ser grandes tenés que laburar mucho, nadie te va a regalar nada en la vida-.Y sí, la gorra se la comió el loro, del hambre que pasábamos en casa.Papá, se hizo viejo de repente, como todos los viejos del mundo y el de mis amigos que jugaban en el terrenito al futboll.
Nunca supe jugar a la pelota y me llamaban para ser "aguatero", y corría a socorrer a los ídolos , al Fede, al Chulo, al Gaita...y algún entrenador que no tenía otra cosa que hacer que meterse el dedo en el culo, porque tenía el domingo todo para él.
Todos tenían el domingo para cada uno.Y todos volvían a ser niños, dejaban por unas horas la actitud de grandes, se convertían en pequeños que discutían quién juagaba mejor, quién la tenía mas o menos grande...
Aprendí con el paso del tiempo que cantar no iba a ser lo mío, pero sí una sola cosa:nadie iba a regalarme nada , tendría que obtenerlo las cosas por sí solo.
Golpeé algunas puertas,entré a un café y lavé copas, cubiertos y después me ascendieron: inodoros.
Me cansé de sentir el aroma ajeno, mejor dicho la mierda, entonces, recordé que el Gaita, tenía un criadero de conejos, limpié la mierda del criadero, me pagaron algunos pesos mas y desde ese entonces aprendí una sola cosa: no hacer negocios con los amigos.Lo mandé, literalmente a la mierda, que no le importaba un carajo mi trabajo.
Ahora soy una persona grande,y que juega al solitario en la plaza cuando me piden que juegue al ajedréz los miro con odio, ya que nunca me interesó la guerra, la competencia. El ajedréz la tenía en la vida misma, no deseaba volcarme en ella, con grandes amigos de toda la vida, la avaricia nunca caminó conimgo.-Soy grande para esas cosas-,y mis amigos respondían:-Déjalo no vez que es un viejo-.

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